sábado, diciembre 27, 2003

En Houston tienen un problema, no escuchan a Blur

Realmente no es en Houston dónde tienen esta vez el problema espacial de turno pero sí en un sitio parecido. En el gigantesco radiotelescopio Lovell situado en el Jodrell Bank Observatory, al noroeste de Inglaterra, un grupo de científicos están impacientes esperando escuchar un tema de Blur, titulado para la ocasión Beagle. ¿Fans de Blur entre estos científicos de élite? Quizás,... pero la razón por la que esperan escuchar a blur es más mucho empirica pues el Beagle 2 se fue con el citado tema homónimo de la expedición para emitirlo como señal de amartizaje.

Los científicos están deseosos de obtener la respuesta sonora pero no lo consiguen y lo que me extraña es que entre algunas de esas mentes maravillosas todavía no se hayan parado a pensar que presuponer los gustos musicales puede ser su gran error. Vamos a ver, ¿No caen en la cuenta de que en un mismo autobús ya hay quien se queja de la selección del conductor? (Por cierto... ¿Tendrán comisión de Cadena Dial o los 40 en los ALSA?) Habiendo tanta discrepancia en un mundo tan terrenal cómo esperan seducir a todo un desconocido planeta.

¿No es posible que algún marciano se cargase el robot? Y si sencillamente lo hubiese hecho porque no les gusta Blur (imaginate con lo grande que es Marte igual cayó en una comunidad de heavies o de hippies y acabaron dejando para chatarra un proyecto de millones de euros). También puede ser que estuviesen descontentos por otra razón bien distinta, y si estaban esperando algún tema del excepcional Think Tank (¿el mejor disco de 2003?) y no un simple descarte del disco 13 que igual no es nada novedoso para ellos.

Bueno, la verdad, siempre puede ser peor, menos mal que escogieron los ingleses la música y no la Agencia Espacial Europea porque igual nos calcaban a algún ganador de Eurovisión y a lo mejor lo que desatabamos era una guerra de las galaxias y no esta indiferencia.

Jesús Suárez

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