miércoles, diciembre 17, 2003

3,5,0,1,2,5, Go!

En un weblog que va sobre todo de música independiente, siendo optimista los artículos snobs se contarán a miles, así que allá va el primero sin ningún cargo de conciencia. Aunque reconozco mi snobismo incompleto porque no sé ni papa de la poesía camboyana que está de moda en Suecia y sólo puedo comentar mi aventura en una tienda de discos* varsovita aprovechando, claro, unas vacaciones (laquintarueda no nos paga viajes para irnos a hacer el pijo y escribir estas chorradas, de hecho simplemente no nos paga).

La única manera que se me ocurre de localizar música en un país del que no conoces apenas más que a un mito colchonero llamado Kosecki o a un tipo que viste blanco inmaculado y que vive como un rey -del que no cito su nombre por si es pecado pero aseguro que no es Copito de nieve, que en paz descanse-, es o preguntar o arriesgarte a comprar directamente. Lo de preguntar lo descarté sin intentarlo porque en polaco** curva, por ejemplo, significa puta, así que me pareció algo peligroso. El caso es que opté por el riesgo (o el riesgo era la otra opción) y dejé que el continente (las cajas de los CDs) me llevasen al contenido (la buena música que suponía encontrar basándome en las portadas que más me llamaban). En algunos casos el experimento funcionó y en otros no, el caso es que cuando iba por el disco 17 y ví la expresión asesina de la cara del dependiente pensé que el riesgo volvía a ser excesivo y abandoné y me quedé con algunos discos interesantes. Y así volví con 5 discos de mi experiencia polaca realmente snob (palabra que a partir de entonces ya no me obsesiona) con gran satisfacción pues por fin había encontrado un uso no estético masivo a las portadas de un disco. Claro que ya había ensayado esta fórmula antes para compra algún disco (y ¿quién no?) pero no de forma tan masiva.

¿Será este el verdadero uso estético a las portadas de un disco? Por ir abreviando, me da igual, soy tan snob que lo estético me la sopla (no hay más que verme) así que podemos hablar, ya, de la verdad: escuchar determinadas bandas polacas puede ser un auténtico placer.

La banda más atrayente de todo lo que he escuchado es, sin lugar a dudas, ?cianka que firma temas en inglés y en polaco. Me impresiona del grupo la variedad de influencias que tienen y las atmósferas que son capaces de crear. Como curiosidad, hasta la portada me parece la más bonita de los discos que traje. El disco se titula Bia?e wakacje, comienza con un original Got My Shoes & My Tattoo part 1. Otro tema sencillo pero destacado, por seguir con los de lengua inglesa, es The hill, a esta canción le sigue un tema en polaco Harfa Traw del que no comprendo nada de la letra pero de una melodía interesante, lo mismo que el resto de temas en este idioma, la mayoría asombrosos.

Otra buena banda con aureola de independiente es Putski, con talento aunque quizás más desenfadada y más sesentera que sus compatriotas Scianka. Comienzan su disco de 2001, Studio Pustki, también con un original tema en inglés Every body must get stoned, después de una introducción instrumental ruidosa y muy breve titulada xxx, el resto de temas están escritos en polaco y aunque no llegan al nivel de ?cianka (tampoco tienen porqué, pues hacen cosas muy distintas) muestran la buena salud de la música independiente polaca.

Llamativo fue también observar la cara real del mercado que al fin y al cabo refleja los gustos (previamente impuestos o no) de la mayoría. En general una conclusión: las radiofórmulas polacas tienen mejor gusto, lo que implica forzosamente que la mayoría de los polacos también.

Incluso lo más comercial a mi entender tiene bastante más calidad que sus equivalentes en nuestro país. Wilki, banda conocidísima en Polonia, de público mayoritariamente femenino y quinceañero es mucho más sugerente que cualquiera que ocupe su mismo lugar en la estratosfera patria. La optimista Baska abre el disco 4 y su otro hit, por momentos melancólico, Ja ogien ty woda son grandes temas al igual que un Here I am, en inglés como vehículo expresivo, también lo es (éste tema en concreto pensé que era una versión como si subsconscientemente quisiera negarles mérito). Desgraciadmaente niguno de estos temas, creo, pueden escucharse en su tocadiscos vitual.

Como influencias extranjeras, los polacos también demuestran oído fino. US3 es un grupo bastante conocido en Polonia y aquí, sin embargo, no sonó más que en Radio 3 y es difícil encontrar alguna referencia de esta ¿banda de jazz? Así que metí en la bolsa también el Hand on the torch.

Y de observatorio de mercado también: los grupos nórdicos quizás por cercanía cultural o geográfica triunfan moderadamente y bien apadrinados por la VIVA. The Rasmus, por ejemplo, son muy populares y aquí ésta banda, interesante para la música que hacen, van a tardar algún tiempo todavía en tener su primera referencia internacional Dead letters en el mercado. Lo más destacable de este grupo es el contraste de la voz y la música y las influencias de Muse, cuya estela espero que sigan en el futuro si quieren ser algo más que una promesa o dirigirse a un público más exigente.

Pero no todos los encuentros musicales fueron idílicos también me llevé alguna decepción fruto de estereotipos que yo mismo me fui creando. Al escuchar Warsaw (Varsovia) de Joy Division me había hecho a la idea de que iba a una ciudad santuario del punk, pero punks ya quedan pocos. Tampoco fuera de Varsovia me pareció que los hubiese. Quizás el Hip-hop haya tomado el relevo, por cierto a un nivel muy bueno -aunque para estos sonidos tengo poco gusto, desgraciadamente para mí-.

Jesús Suárez

*La cual no cito entre otras cosas porque ya no me acuerdo del nombre pero si alguien quiere localizarla o comprobar que no miento sobre su existencia es fácil porque se encuentra más o menos entre el Palacio de la Cultura y la Cienciael museo de Chopin. Así que de paso cuento dos curiosidades respecto a estos lugares.

Chopin está enterrado en Père-Lachaise, el mismo cementerio parisino en el que se encuentran las tumbas de Oscar Wilde, Edith Piath o Jim Morrison. O mejor dicho está casi enterrado en París porque en el citado museo que lleva su nombre tienen su corazón (quizás para tratar de inspirar así a toda Polonia natal, aunque la verdad es que no sé si esa es la intención o si surte el efecto deseado y tampoco sé, concretamente, en que medida Chopin es fuente de inspiración de la que beba la música pop-rock polaca de los últimos años).

El corazón de Stanlin, si tenía, no tengo ni idea de dónde se encuentra pero en Varsovia dejó algún que otro recuerdo. Uno de ellos fue un "regalo" al pueblo polaco, el impresionante Palacio de la Cultura y la Ciencia, réplica de una universidad soviética, aunque más bien fue un monumento a la grandeza del socialismo que casualmente llevó el nombre del dictador así que no creo que fuese un regalo de corazón precisamente.

** El idioma polaco en contra de lo que pueda parecer, no suena mal ni síquiera para la música, incluso te puede recordar un poco al francés -no deja de ser un idioma curioso como su país de origen: al este del oeste y al oste del este- pero claro los malentendidos pueden ser muchos porque no se parece nada al castellano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A chopin le sacaron su corazón porque el mismo lo pidió a su muerte para asegurarse que no le enterraban vivo. Más tarde llegaría a Polonia.